Putaendo Uno

¡Una sola verdad! Noticias que importan

dinero parejaPor Alejandra Rodríguez (*)

Alejandra-181x200¿Cuál es el gran defecto de los hombres?, esa es la pregunta que me hago siempre y al consultarla con algunas mujeres que me encuentro al pasar, en supermercados, fila de la cuenta de la luz, la respuesta ha coincidido en que el mayor defecto es su avaricia. Si, la mayoría de los hombres -digo mayoría para que no se sienta mal ese 1% que no lo es-, bueno, prosigo, ¿Por qué les costara tanto a los hombres soltar el dinero?

En mi caso, por ejemplo, cuando no trabajaba asalariada, mi marido me daba la plata para hacer los pagos y al final del día me preguntaba qué había hecho con el dinero. Y no creo ser la única. Cuando ellos empiezan a sacar las cuentas mentalmente y te dicen “¡ya te pasé $20 mil ¿qué hiciste con ellos?”. “Bueno pague aquí y allá”, responde uno. “¡Ya!, ¿y el resto?”. ¿QUEEEEEE? ¿El resto?

O sea, ¿Qué resto?, si falta plata para todas las carencias del hogar, ¿o creen que uno se debe conformar con la despensa llena?

¡Señores!, existen necesidades incalculables en el hogar. Los niños, como siempre andan con una, siempre quieren dulces o algún juguetito, y nosotras también queremos encargarle alguito a la vecina que vende Avon, y la verdura, y etc, etc.

En fin, es un cuento de nunca acabar. ¿Podrán alguna vez estos señores pensar que las mujeres somos las mejores economistas que existen, haciendo milagros con lo poco que nos entregan?

La mayoría de ellos no saben que la cerveza que se toman el fin de semana proviene de algún negocito que hemos hecho. Y aquí me quiero detener, porque a pesar de recibir poco, nunca, pero nunca dejamos de comprarle algo a este señor. O sea, ¿quién nos entiende?, si para el hombre el peor defecto es ser amarrete, entonces el peor defecto en nosotras es ser estúpidas.

Sí, porque no se entiende que así y todo sigamos malcriando a nuestros hombres. Si no vean a aquellas mujeres a las cuales se las maltrata física o sicológicamente y adoran a sus agresores. O si no, siempre nos postergamos. Por ejemplo, quedan tres pasteles, le damos uno a nuestro hijo y le guardamos dos a “él”, pues, él come de a dos, y nosotras nada. O sea somos muy tontas. Lo único consolador en esta historia es que las nuevas generaciones están cambiando, las mujeres ponen a cocinar a sus maridos y otras trabajan para no tener que pedir dinero a sus machos.

Hay algunos escasísimos machos que le pasan el sobre cerrado a sus mujeres con el sueldo, para que así ella lo administre. ¡Porque es así señores!, nosotras las mujeres somos las que administramos fondos y gastos en la casa, y sabemos exactamente dónde y cuándo gastarlos, …aunque si nos ponen en frente un cartel que diga “¡Gran liquidación!” sucumbimos y gastamos casi todo el presupuesto.

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(*) Alejandra Rodríguez es una mujer joven, putaendina, madre de tres hijos hermosos, vendedora de soluciones telefónicas, le acaban de regalar un auto y va desenfadada y feliz por la vida. En suma, madre, hija, esposa, apoderada, trabajadora, amiga y a veces bruja. Ella es…una mujer como tú.

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