El músico es uno de los cantautores mas exitosos del circuito nacional, pero es tan tímido que apenas habla.-
Dice que todo lo que tiene por decir está en sus canciones y que el silencio nunca es tan silencio. Pero cuando toma una guitarra, Mauricio Castillo se transforma y deja atrás el laconismo. Se convierte en Chinoy, el cantautor porteño de ojos rasgados, melodías nostálgicas y letras enardecidas y detalladas. “Me tocó hablar poco y cantar mucho”, confesó a Rodrigo Álvarez en la última sesión del Terra Live Music.
Junto a su banda −conformada por Sebastián Vásquez (guitarra), Aldo Américo (batería), Carlos Bórquez (bajo) y Jejo Velasco (teclado)−, Chinoy dio a conocer algunas de sus nuevas composiciones y adelantó que serán incluidas en un disco próximo a lanzarse. Disco que ha sido concebido casi en su totalidad en Santiago, pero que evoca fuertemente la provincia, en especial la localidad de San Antonio, puerto donde él creció.
Con una voz desgarradora y gritos que a ratos parecen lamentos, Chinoy deja entrever a través de sus letras y su música todo lo que calla en el discurso. Abstraído y disperso, con la mirada perdida y las ideas amontonándosele en la cabeza, asegura que no le gusta hablar de su futuro personal ni mucho menos del profesional. “Los planes suelen fallar. La vida es un viaje de incertidumbre”, declara, escueto.
De lo que sí está seguro es que el próximo martes 26 tocará en Bar El Clan junto a Kaskivano, su hermano menor. Y que dos días después, el viernes 28, se presentará en La Batuta. De ahí en adelante… quién sabe.
(Te/P1/Foto: rec)
