Venció por 2-1 al Borussia Dortmund con gol a los 90′ de Robben. Un recuerdo para el gol de Salas en Wembley, en 1998.-
Era la séptima ocasión en la historia en la que la batalla final por el máximo título europeo se libraba en Wembley, testigo en esta ocasión de un choque entre dos equipos que se conocen bien, dos mecanismos de relojería acostumbrados a jugar bajo presión que demostraron su sangre fría desde el inicio.
Es el mismo estadio en que el chileno Marcelo Salas recibe de primera a la entrada del área grande un pase del Coto Sierra, amortigua con el muslo izquierdo y con la misma pierna, en una volea impresionante marca para la victoria de la Roja de Chile, por 2 a 1 (foto derecha) ante el local Inglaterra, el 11 de febrero de 1998, en un partido preparatorio para el mundial de ese año.
Franck Ribéry, por la izquierda, y Robben, por la derecha, pasaron los veinte primeros minutos del partido cerca de su propia área, encerrados por la presión de un osado Borussia que hacía imposible que el cuero saliera de la zona del Bayern si no era con balonazos al campo contrario.
El arquero Manuel Neuer salvó en más de una ocasión al Bayern ante los arrebatos del goleador Lewandowski, que desquiciaba a los centrales Boateng y Dante, si bien los de Heynckes también se habían presentado en el campo de batalla bien armados.
El Borussia dominó el primer cuarto de hora de esa segunda parte, pero recibió un martillazo de los dirigidos por Heynckes en el minuto 60. Robben y Rybéry burlaron la última línea de los discípulos de Klopp para que el holandés acabara trazando un centro desde la línea de fondo que Mandzuki remató a la red a puerta vacía.
El árbitro italiano Nicola Rizzoli señaló un penal que Ilkay Gündogan convirtió con un tiro seco hacia la izquierda del portero rival.
Wembley se preparaba para vivir el tiempo agregado, y la certidumbre de que el minuto 90 llegaría con el empate en el marcador bajó las defensas de los de Westfalia.
Robben, el 10 del Bayern (foto izq.), llegó en carrera en el minuto 88, al borde del área para llevarse un balón que los centrales del Borussia, demasiado blandos, se dejaron arrebatar, y encaró en solitario los últimos pasos para superar casi sin oposición al portero Weidenfeller y dar el golpe definitivo a una final vibrante.
(FutbolRed, Ar/P1/Foto: Efe)