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asesinosEn libertad bajo fianza quedaron los cinco militares procesados por las muertes de Rigoberto Achú y Absalón Wegner.-

Después de una presentación en la Corte de Apelaciones de Valparaíso, quedaron en libertad bajo fianza los cinco militares que recién este viernes habían sido sometidos a proceso por las ejecuciones a mansalva de los prisioneros políticos, Rigoberto Achú y Absalón Wegner frente a la cárcel de San Felipe, en 1973. Los procesados cancelaron la suma de quinientos mil pesos cada uno para continuar impunemente en libertad.

Los ex uniformados Héctor Manuel Orozco Sepúlveda, Sergio Francisco Jara Arancibia, Raúl Orlando Pascual Navarro Quintana, Pedro Luis Lovera Betancourt y Milton René Nuñez Hidalgo habían quedado detenidos el pasado viernes cuando les fue notificados por el ministro en visita Julio Miranda Lillo por su participación en los alevosos crímenes.

Un grupo de jóvenes y algunos dirigentes, entre los cuales se encontraba el Concejal Ricardo funa 1Covarrubias, enfrentaron a viva voz a los procesados en el momento que dejaban el tribunal para ser trasladados por un cómodo vehículo gris hasta Santiago. La “funa” de los jóvenes fue respondida por gruesos garabatos de Lovera, el ex comando procesado, quién desvergonzadamente lanzaba improperios contra los manifestantes tratando de ocultar su rostro.

Los incidentes significaron la intervención de Carabineros, los que finalmente detuvieron a los jóvenes manifestantes.

covarrubiasEl Concejal Covarrubias señaló a la prensa presente que “ellos ya están en su casas con sus familias, abrazando a sus señoras, hijos y nietos, sin explicarles que fueron criminales y que abusaron de personas indefensas en 1973″, recordando que la versión militar de la época señalaba que a Achú y Wegner se les había aplicado la “Ley de Fuga”, una flagrante mentira que quedó al descubierto en los registros del Informe Rettig:

“Alrededor de las 22 horas, se escucharon disparos, gritos, amenazas, carreras y más ráfagas de armas automáticas. Todo al frente de nuestra celda y por el lado de la calle. Quisimos protestar, gritar, pero no pudimos; todo el presidio estaba tenso. Nuestras mentes estaban tensas y pendientes, buscando en la nada una señal que nos indicara que todo era sólo un simulacro, para atemorizarnos a nosotros y a la población civil circundante. El ruido de vehículos y las carreras del personal de Gendarmería que lanzaba agua fue la clara señal de lo contrario, que habían asesinado a nuestros camaradas. Al día siguiente, todos estuvimos de duelo incluso los reos no políticos; en el exterior, las hordas dictatoriales se organizaban porque decían que era un “motín” y donde creímos que sería el comienzo de nuestro final. El jefe de la Zona, Comandante Héctor Orozco, trató de convencernos con la versión oficial, “Intento de fuga”, pero eso ya lo conocíamos y Cubillos le respondió: “Coronel, usted sabe que no es verdad”. (Texto parcial registrado en el Informe Rettig).

(Fotos enviadas por Concejal Covarrubias y JR Gutiérrez)

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