Entrevista a Carlos Henríquez, Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación.-
Cuando asumió la Secretaría Ejecutiva de la Agencia de Calidad de la Educación sintió que era una enorme oportunidad para servir desde lo público al sistema educativo. En estos años ha trabajado incansablemente por ampliar la mirada de calidad, dar un giro a la evaluación e implementar distintas iniciativas que sean un aporte para la mejora escolar. “Queremos no solo tener 100 o 300 buenos colegios, sino que aspiramos a 12.000 buenos colegios en nuestro país. Todos debemos ser un aporte a la solución, ocupar las oportunidades y trabajar en equipo”, señala enfático.
Desde que asumió hasta hoy, ¿cómo evalúa el rol que ha desempeñado la Agencia? ¿Cuál ha sido el aporte para asegurar la calidad en el sistema educacional?
En estos años hemos dado un giro hacia una institución que tiene como objetivo aportar a la tarea de calidad en el sistema educativo. Todavía queda un largo camino por recorrer, pero hay logros concretos: mirada amplia de calidad, resignificar la evaluación al servicio de los aprendizajes y pasar de los rankings y la competencia a una visión inspirada en la colaboración, donde toda comunidad escolar puede y debe mejorar. También destaco la reducción en el plan de evaluaciones de 17-18 pruebas a 8. Esta disminución de más del 50 % y con mayor información para la gestión de los colegios, además de no sobrecargarlos, puso el foco en el aprendizaje y buscó cambiar el sentido de la evaluación, de modo que la entendamos como un medio para saber cómo lo estamos haciendo, y así poder mejorar.
Además, luego de 28 años de solo Simce, ampliamos las maneras de evaluar, contando hoy con Evaluación Progresiva, una forma, concepción y lógica distinta, que ubica a los estudiantes al centro del proceso, profesionaliza el trabajo docente y releva la acción de los mismos en la sala de clases. También pusimos a disposición de todos los colegios del país un portal para promover la Evaluación Formativa, con materiales, herramientas y ejemplos de buenas prácticas. Hemos transitado desde un sistema que solo evaluaba resultados a uno donde se miran los procesos a través de, por ejemplo, las Visitas en terreno a los establecimientos, que buscan aportar al diagnóstico de cada escuela, relevando el trabajo como comunidad escolar, en cada sala de clases, buscando que la escuela reconozca dónde está para anclarse en sus fortalezas y hacerse cargo de sus debilidades. Creo que hemos aportado para avanzar en una cultura de la mejora, pasando de lo punitivo que inmoviliza a una mirada movilizadora, de una centrada en lo externo a una que hace protagonista a las comunidades escolares.
La Agencia trabaja por una educación integral para todos los niños y niñas de Chile, a futuro ¿cómo cree que se debiera medir la calidad de la educación?
Siempre está en la conversación que los países más desarrollados y que tienen mejores resultados tienen muy poca evaluación estandarizada y se tiende a comparar. Lamentablemente en Chile tenemos mucha inequidad por lo que los pasos a seguir deben ser variados. Yo veo en los próximos años un sistema de evaluación mucho más amplio, con distintos instrumentos que hagan sinergia entre la evaluación externa y la interna, que siga dando pasos en el desarrollo socioemocional y que aporte a una cultura de toma de decisiones basada en evidencia en las comunidades escolares. Veo un sistema idealmente con menos evaluaciones sumativas, más evaluación progresiva y formativa, es decir, mucho más fortalecido a propósito de los avances implementados por la Agencia, que aporte al trabajo que realizan todos los colegios en el día a día.
Lo hemos escuchado muchas veces decir que calidad no es solo Simce, ¿a qué se refiere cuando habla de eso?
En estos treinta años de existencia ha sido un buen instrumento, usado de buena manera, pero lamentablemente también ha tenido malos usos que no corresponden a su propósito inicial, como evaluar profesores o hacer rankings. Una evaluación estandarizada es un indicador que se acerca a una parte de la calidad, pero no es su sinónimo, ¿por qué? Porque queremos estudiantes que opinen, que sean capaces de debatir, de conversar, de valorar al otro, y una evaluación así obtiene información de una fracción de ello, pero no todo.
Como Agencia hemos avanzado paulatinamente en instancias que puedan medir habilidades superiores de los estudiantes como opinar, inferir o interpretar, y evidenciamos que el problema no es la evaluación, sino cómo apoyamos a promover en el aula el trabajo que permite desarrollarlas. Esto está anclado en la necesidad de que cada colegio tenga una agenda de desarrollo de capacidades y apoyo a sus profesores, para que el aprendizaje se construya a través de propuestas desafiantes, colaborativas, donde se discute, se valora el error como una oportunidad de avanzar, donde los estudiantes son protagonistas.
¿Cómo definiría la educación que aspira para Chile? La que nuestro país necesita o quiere.
Una educación donde independiente del lugar donde viven nuestros niños y niñas, aprendan y desarrollen todos sus talentos. Priorizo la noción de aprender porque el rol de la escuela es lograr que todos desarrollen los conocimientos y habilidades necesarias para diseñar libremente su proyecto de vida y ejercer su ciudadanía. La educación debe centrarse en el bienestar de los estudiantes, en proveer ambientes emocionalmente nutritivos, con buen trato, altas expectativas, confianza en sí mismos y en los demás, con alta autoestima y posibilidades de desplegar de manera plena sus habilidades e intereses. Aspiro a una educación que saque el máximo potencial de todos los niños, niñas y jóvenes, y les provea de lo que requieren para construir su presente y futuro.
Me imagino que ha conocido muchas escuelas, estudiantes y profesores: ¿hay alguna experiencia que se venga a la memoria como importante?
He tenido la posibilidad de conocer muchas escuelas que trabajan todos los días para que los niños aprendan y sean felices. Hemos recopilado estas prácticas en dos libros donde mostramos la manera en que establecimientos con muchas dificultades logran excelentes resultados aquí, en nuestro país, con profesores jugados, preocupados de que sus estudiantes aprendan, con dedicación, profesionalismo y compromiso. Ambos libros se pueden descargar de nuestro sitio web, los destaco porque nos muestran colegios donde todos aprenden, no hay “casos perdidos”, y que viven la docencia como una acción que transforma vidas.
Para finalizar ¿Cómo seguimos avanzando para lograr una educación de calidad, con equidad, para todos los estudiantes de nuestro país?
Hoy tenemos un marco de condiciones sustantivamente distintas a partir de la Reforma que impulsó la Presidenta. Más tiempo para preparar la enseñanza, más recursos para invertir en el aprendizaje, una nueva carrera de desarrollo profesional docente, un proceso transparente y no selectivo de admisión y una nueva gobernanza para los colegios públicos, entre otras. El punto acá es que este enorme esfuerzo transformador se va a jugar en la implementación, por lo que existe una gran tarea que es tener una agenda audaz de desarrollo de capacidades para los miles de profesores, profesionales, asistentes y equipos directivos que hoy están más que nunca llamados a ser los líderes del cambio, de modo que puedan proveer las condiciones, utilizar los recursos y tomar decisiones que nos permitan dar un salto en calidad educativa.
Necesitamos que todos los que estemos en educación en los próximos años seamos parte de la solución; no solo un buen director o directora, 12.000 buenos directores, no solo un buen profesor o profesora, sino que todos siendo parte de este imperativo ético y moral que es seguir avanzando en un sistema educativo justo, equitativo y de calidad para todas nuestras niñas, niños y jóvenes. Trabajando en equipo, se puede.
(Publicado en ACE)