Empresaria Liliana Vargas Belmar (66) sucumbió la madrugada de este miércoles tras luchar largamente contra el cáncer.-
Nunca perdió las esperanzas de una recuperación y luchó hasta el último minuto. “Esta tranquila pero no quiere morir, no quiere dejar a su familia”, expresaba ayer por la tarde su esposo, Guillermo Zúñiga (ambos, foto izq.), relatando el espíritu de su esposa como paciente del Hospital San Antonio de Putaendo, donde pasó los últimos días, rodeada del cariño de su familia y amigos que la visitaban con frecuencia.
Y es que Liliana Vargas Belmar estaba acostumbrada a luchar para salir adelante. Después de trabajar 29 años en la peluquería que instaló, logró hacerse del local para instalar su propio restaurant, el Café Lilianette, el que más tarde se transformó en restaurant y sala de bailes, en la ubicación que mantiene hasta hoy.
Hija de don “Pepe” Vargas Núñez y doña Rosa Belmar Caneo, nació en Putaendo un 9 de octubre de 1949. Sus primeros años de estudio fueron en la Escuela Parroquial de Putaendo, hasta 6º Preparatoria y luego en el Colegio de las Carmelitas, en San Felipe.
En el 182º Aniversario de Putaendo, en marzo 2013, el Municipio la reconoció como Hija Ilustre de Putaendo, por sus múltiples aportes al desarrollo y su incansable interés por el progreso de la comuna, desde su status de empresaria. En una semblanza publicada en la oportunidad por este medio, dice: “Agradecida de la vida, de quienes pensaron en ella para entregarle este reconocimiento, de su familia, de Dios, de su marido, de sus hijos, de sus amigas y de su pueblo -“No cambio Putaendo por nada del mundo. Nada ni nadie me van a mover de mi Putaendo. Yo lo encuentro hermoso, Me gusta mucho”, dice, ufana. “Quiero a la gente de mi pueblo porque han sido buenos conmigo”.-
Sin duda doña Liliana es una gran pérdida para Putaendo. Este jueves a las 16 hrs se efectuará su responso fúnebre en el templo parroquial de Putaendo y luego sus restos serán trasladados hasta el cementerio en Auco.