El párroco de Nuestra Señora de Fátima, de Los Andes, estaba acusado de abuso de menores.-

Mediante una declaración pública, el Obispado de San Felipe informó que, en fallo definitivo e inapelable de un tribunal canónico de segunda instancia, la Iglesia -desde El Vaticano- confirmó la sentencia que condena al presbítero René Benavides Rives, como culpable del delito de abuso sexual contra tres menores de edad, mientras ejercía su sacerdocio en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de Los Andes (foto der).

La pena impuesta al ahora ex sacerdote, es la expulsión perpetua del estado clerical, que es la máxima sanción dispuesta por el ordenamiento jurídico de la Iglesia. Ello implica que Benavides no puede ejercer el ministerio sacerdotal. Es decir, no puede administrar sacramentos, ya no tiene derechos como sacerdote, “como tampoco puede desarrollar otros encargos o actividades en parroquias, colegios u otras instituciones católicas”, según reza el comunicado. El mediático cura se hizo famoso por “exorcismos” y “sanaciones” que realizaba por imposición de manos a su fieles, tal como se le aprecia en la foto de la izquierda durante una “sesión” en Los Andes.

El Obispo de San Felipe, Monseñor Cristián Contreras, a través de la declaración, pidió perdón “a las personas que han sido víctimas de estos gravísimos delitos, y les expresa su cercanía, lo mismo a sus familias”. Agrega luego que “a la comunidad diocesana, nuevamente afectada por episodios que nunca debieron haber ocurrido y que nos avergüenzan, les pido apoyar con su oración y compromiso efectivo, los pasos que la Iglesia ha venido dando para tomar plena conciencia del flagelo del abuso a menores de edad. Prevenir estos abusos es una necesidad de primer orden en nuestro trabajo pastoral y en toda la sociedad”.

El presbítero René Benavides, ex párroco de Nuestra Señora de Fátima, en Los Andes, había sido acusado de cometer abusos sexuales contra menores de su parroquia, hechos ocurridos hace ya más de 15 años, y sobre lo cual la Iglesia mantenía una investigación canónica.