Por Jaime Amar Amar –
Muchas veces me pregunto ¿Qué pasa con la sociedad chilena que tiene una opinión tan negativa de sus parlamentarios? ¿Será justificada su actitud? ¿Hay elementos que conducen a esa visión? ¿No habrán factores predeterminados por una sociedad que se ha construido con muchos esfuerzos personales y que han marcado profundamente a cada uno de ellos?
Muchos se preguntarán y que tienen que ver el ratón y el gato con lo expresado en el párrafo anterior.
Usted lo va a entender con mucho entusiasmo, ya que los ratones se parecen mucho a ciertos parlamentarios, que hoy salen a perseguir al único gato que ha salido, en los últimos veinte años de democracia, a cazar a todos aquellos que no cumplan con la leyes chilenas que norman a la educación, y en especial a la universitaria.
Y hoy se atreven, sin ninguna vergüenza, a crear una comisión investigadora con el claro objetivo de sacar al Ministro que ha tenido la capacidad, la fuerza y el apoyo presidencial para actuar con sagacidad, rapidez y transparencia.
Frente a lo anterior, volvemos al primer párrafo. Y empiezo a entender con mucha claridad las razones de la desconfianza de los ciudadanos en sus parlamentarios, esos que tratan de destruir lo que el Ministro ha realizado: Puesta en marcha de la Superintendencia de Educación, rebaja del CAE de un 6% a un 2%, aumento de la Subvención Especial (SEP), puesta en marcha de mas de 60 Liceos de Excelencia, etc.
A lo anterior, debemos recordar que la ex Presidente Bachelet incorporó a Beyer en los equipos que la asesoraron en materia de educación, motivada por su capacidad técnica y preparación académica. Para mayor información, se debe recordar que en los 20 años de gobierno de la oposición, jamás aplicaron medida alguna por la que acusan al Ministro Beyer. En cambio, ha sido esta administración la que tomó las iniciativas legales necesarias para hacer efectiva la tarea que le corresponde a los Gatos: cazar ratones sin importar el color, como lo expresó un gran líder chino.
Al final, espero que todos entendamos la historia del Gato y el Ratón, y la necesidad que los parlamentarios defiendan los intereses de todos los chilenos. Y así nuestra sociedad entenderá la importancia de ser servidor público en nuestro Parlamento y país.