El nerviosismo fue la tónica de estos 90 minutos, donde el equipo de José Luis Sierra no pudo mostrar ese nivel técnico que lo tuvo en los primeros lugares de esta temporada, y con un cuadro de Hugo González que mostró su mejor cara en lo que va de temporada, con Eduardo Lobos como figura consular.

Sin embargo, los nervios pasaron a ser alegría luego que se produjera el primer gol de San Marcos en Arica, de allí en adelante, todo fue tensión y los hinchas hispanos se preguntaban en qué momento se produciría el quiebre.

Durante el segundo tiempo no pudo concretar las opciones claras de gol, e incluso el “Cacique” tuvo un par de oportunidades para amargarle la fiesta a los locales.

Sin embargo, el estallido de júbilo se produjo en el minuto 73′. Centro desde la izquierda de Nicolás Berardo para que por la derecha recibiera sólo en el área Dagoberto Currimilla que remata desviado, pero en la boca del arco apareció Patricio Rubio quien mandó la pelota al fondo de la portería y un respiro más que tranquilizador para los de Independencia.

El pitazo final de Eduardo Gamboa dio paso a las emociones contenidas, las celebraciones con efervescencia y a los gritos desaforados que estaban contenidos desde aquella final en Talcahuano.

De esta forma, Unión Española suma una nueva estrella a su firmamento. Esa que ya lo coronó como monarca en 1943, 1951, 1973, 1975, 1977 y Apertura 2005, pero hoy con un condimento especial: por primera vez en su historia, dan la vuelta olímpica en el Estadio Santa Laura.

(FP/P1/Foto: Photosport)