Los Cuequeros de Putaendo y Daniel Muñoz y Los Marujos hicieron de las suyas. Inti Illimani cerró la mejor noche de la Chaya.-

Se olía en el ambiente que algo bueno venía para la Chaya de Putaendo. Y es que la noche mas esperada del carnaval, por los tremendos artistas signados en la parrilla programática así lo hacía prever.

Todo comenzó con el grupo local “Los Cuequeros de Putaendo”, que literalmente se robaron al público con sus “cuecas con sentimiento” y con arreglos musicales y vocales que hicieron el deleite de folcloristas y cuequeros. Y allí fue donde comenzaron a avistarse pañuelos blancos en algunos rincones de la Plaza de Armas, eran parejas de bailarines, entre los cuales se encontraban los jóvenes campeones regionales putaendinos, la familia González Arenas, a quienes el grupo saludó apenas comenzaron.

El acordeón maestro de Valencia puso la base para que la cueca comenzase a brillar en Putaendo, e irrumpieran los acordes cuequeros de un muy bien cuidado repertorio de tonadas y cuecas, destacando la interpretación de una de las cuecas ganadoras del Festival del Huaso 2015, “Majestuosa y soberana” y la presentación de una cueca de composición original del grupo, “El puente”, dedicada a Putaendo y su gente. Todos temas que cantaron entrelazados con la picardía y la excelente actitud de Los Cuequeros, que fueron despedidos con grandes aplausos y el cariño de la gente, entre los gritos de “otra, otra”.

Pero ya habían pasado 50 minutos y era el tiempo de recibir a un “monstruo” de la cueca brava, Daniel Muñoz y Los Marujos. Trajeron al escenario el vals, el tango, el foxtrot y las consabidas cuecas bravas que han hecho famoso al grupo y a este excelente actor y cantante, que también hizo bailar al público.

Pero faltaba el broche de oro. Inti Illimani volvía al escenario de la Chaya putaendina después de 20 años -estuvo en 1995-, trayendo sus éxitos históricos, como “El aparecido”, “La exiliada del sur”, y tantos otros, aprovechando también de presentar nuevas composiciones. Su trayectoria, maestría musical, calidad interpretativa y todo el peso de su pública historia estuvieron presentes en el escenario, invadiendo de magia la noche del folclore.