“Porque crees en tu lucha es que serás vencedor”…
En vísperas de un nuevo aniversario del Instituto Nacional este 10 de agosto, es necesario detenerse para recordar, reconstruir la memoria y sembrar en ella la semilla poderosa de la esperanza en un “nunca más”…sobre la base de la historia de dos jóvenes muy ligados a este “primer foco de luz de la Nación”: Nilda Patricia y Mario Fernando Peña Solari.
Patricia y Fernando, conforman esa interminable lista de detenidos desaparecidos, cuya verdad permanece pendiente, de luz y justicia, desde diciembre de 1974, los oscuros años de la dictadura militar en Chile.
En efecto, Mario y su hermano menor, Rodolfo, son ex institutanos, hijos de una muy recordada profesora de dicho establecimiento, Olga Solari.
La razón de publicar este humilde recordatorio, es brindar un abrazo al hermano sobreviviente, a Rodolfo, compañero de andanzas estudiantiles que ha soportado estos 40 años de “no verdad” con una sonrisa siempre generosa para quienes compartimos a su lado y por lo mismo no fuimos capaces de “leer” el tremendo dolor de nunca más encontrar a sus hermanos. Hace unos pocos días, algunos ex compañeros compartieron con él en su casa y seguramente, como yo, más de alguno ni se enteró hasta ahora. Su personalidad positiva y optimista le obliga a derramar permanentemente alegría sobre quienes le rodean. Para qué mostrar los dolores, para qué quejarse.
En el blog que su familia les recuerda, encontramos estas palabras que describen su paso por una vida que también nos tocó vivir, aunque tal vez no tan intensamente:
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El año 1969 Fernando estaba terminando su sexto año de humanidades y ya era dirigente estudiantil. Su mirada atenta y sensible a todo lo que ocurría en un Chile de vientos revueltos lo encauza a tomar contacto con la realidad de la gente humilde, con obreros, pobladores y en general con los rezagados de la sociedad. Este vínculo afectivo y su relación con un mundo que luchaba por su dignidad y derechos lo conducen a solidarizar con ellos y a desarrollar un intenso trabajo social en poblaciones marginales de la capital. La tarea de alfabetizar copó su tiempo y desempeñó esta labor con amor y compromiso. Tenía tempranos 17 años cuando se insertó en campamentos y tomas de terrenos de la zona sur de Santiago. Cuentan que el joven Fernando sentía culpa de llegar a su casa cómoda y ducharse con agua caliente en un baño amplio después de palpar y vivenciar la vida que se estaba llevando en las poblaciones que él visitaba en su trabajo de alfabetización. En esta etapa juvenil y con la sensibilidad que le otorgaban sus raíces familiares, su propia naturaleza y todo lo aprendido en lecturas noche tras noche, es que él inicia la construcción de su compromiso social y de lucha por la justicia de los desposeídos.
En 1970 Salvador Allende es elegido Presidente de la República y la Unidad Popular inicia un proceso de cambios. Se levantan los vientos huracanados que todo lo mueven y transforman. Es ese año justamente que Fernando ingresa a la escuela de Ingenieria de la Universidad de Chile y al año siguiente se cambia a la carrera de Arquitectura de la misma universidad. Allí permanece hasta el momento de su detención y desaparición en 1974.
Su gran compromiso social y político se volcó en las actividades del Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR, asumiendo las responsabilidades y los riesgos que ese momento exigía inspirado por su profundo anhelo de justicia para todos los oprimidos de nuestro país.
Nilda Patricia y Mario Fernando Peña Solari, hermanos formidables, unidos por la sangre desde su origen, fueron detenidos el 9 y 10 de diciembre de 1974 respectivamente, en el periodo de la dictadura militar de Pinochet, por los organismos de estado de aquella época, la DINA. Estos jóvenes luminosos, llenos de anhelos, ansias de vida y de justicia para todas y todos los hombres y mujeres de esta patria, son parte de los miles de detenidos y desaparecidos que hoy esperan que llegue majestuosa, la verdad y la justicia.
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Tras estas palabras sólo resta llamar la atención de todos aquellos institutanos que este fin de semana se aprontan a celebrar un nuevo aniversario, para remover un poco las conciencias y preguntarles ¿Alguna vez miraste a tu compañero del lado y notaste su dolor de todos estos años? Porque han de saber que, así como Mario y Patricia, hubo muchos más ex alumnos que perdimos en la oscuridad de la maldad que nos gobernó…
Mario Alvarado Eva