Putaendo Uno

¡Una sola verdad! Noticias que importan

20020413Por Alejandra Rodríguez (*)

Alejandra-181x200

Le pasó a la amiga de una amiga: resulta que esta chica es bien agraciada, por lo tanto todas sus parejas también lo eran. Desde pequeña que los mejores chicos le ligaban, porque ella era de gustos exigentes –decía-, pero al ser tan exigente en sus gustos físicos muchas veces obviaba los defectos que venían con estos Adonis. Muchos de ellos al saberse guapos, eran déspotas, engreídos y sin respeto por el prójimo, y varios de ellos terminaron engañándola, tratándola mal, haciéndola sentir menos que ellos, en fin.

Cierto día conoció a un tipo. No era dueño de un rostro de ángel, más bien era bastante alejadito de la mano de Dios, en el fondo era un tipo feo, muy feo. Cuando se conocieron ella sintió inmediatamente una fuerza en la mirada de este señor (feo) que la consumía. Sentía que el tipo la desnudaba con la mirada y eso -lejos de molestarla- le agradaba, sintió un cosquilleo en todo el cuerpo que apoderaba de ella. Pasaron los días y no se explicaba cómo le podía gustar aquel individuo, que estaba tan lejano a los estándares de belleza que ella se había impuesto.

Una tarde se fueron de paseo, pero no alcanzaron a llegar, pues la pasión los consumió en el camino. Ella se sentía como nunca se sintió antes, por primera vez sintió un orgasmo que la llevo hasta el cielo y la dejo caer suavemente en los brazos de aquel Romeo. Con el paso de los días, esta chica se sentía una reina, pues su príncipe la trataba como tal, le decía a cada momento lo bella que era, lo maravilloso que era estar con ella, que le gustaba su olor, su pelo, su figura, etc.

Como era de imaginarse, esta muchacha se enamoró perdidamente de este hombre, que al besarlo no se transformó en príncipe, sino que siguió siendo un sapo, pero un sapo que la hizo feliz, más que cualquier príncipe encantador.

Me detuve a pensar en lo superficial que somos muchas veces, y que por estar tratando de conseguir al chico más guapo, nos perdemos de los hombres simples que más de una sorpresa nos pueden dar.

Y esos hombres quizás no nos engañarían por temor a perdernos, o nos comprarían todo lo que queramos por el mismo temor, o tendrían tanto miedo a perdernos que nos vivirían halagando.

Por todos lados es ganancia, así que ya saben amigas: a poner ojo en aquellos que no son guapos para una relación seria… y a los guapos…solo para deleitar la vista.

_______________________________________________________________________________________________________

(*) Alejandra Rodríguez es una mujer joven, putaendina, madre de tres hijos hermosos, por ahora peluquera de niños, y va desenfadada y feliz por la vida. En suma, madre, hija, esposa, apoderada, trabajadora, amiga y a veces bruja. Ella es…una mujer como tú.

Categories: General

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.