El dúo, que narraba las vivencias del campesinado y los trabajadores durante mediados de los años sesenta y la unidad popular, fue separado durante la dictadura, ya que Eduardo, el menor de los Guzmán Muñoz, partió al exilio en 1973.

Reuniéndose con el retorno a la democracia, los hermanos siguieron trabajando e, incluso, el propio Gastón continuó con el legado luego del fallecimiento de la otra mitad del conjunto.

“Formaron un grupo que puso siempre el acento en el drama de la gente más humilde. El canto de ellos era un canto duro, no alegre, pero lleno de realidad, muy profundo y con una gran poesía”, reveló el conductor de Nuestro Canto, Miguel Davagnino.

(ADN/P1)