Por Rodolfo Bickell Dumas (*)
(Autorizada. Publicada en Diario El Observador)
Desde hace algún tiempo he estado considerando seriamente la posibilidad de promover la creación de policías municipales, especialmente después de conversar con alcaldes de distintas comunas de la región y constatar cómo solicitan permanentemente al gobierno central mayor dotación de carabineros y la instalación de comisarías y retenes para atender a la población.
Para algunos la iniciativa de abrirse a la discusión para la creación de policías municipales es prácticamente un intento por debilitar a Carabineros, pero nada más alejado de los objetivos de este columnista, pues cada día observamos la proliferación de guardias privados en todo tipo de instituciones públicas y privadas y la mayoría de ellas cuentan con coordinación con la institución policial.
Quien haya sido víctima del ataque de un perro vago, se haya visto sobrepasado por ruidos molestos del vecino o sufrido el permanente pintarrajeo de los muros de su hogar dígame si no se ha sentido en la indefensión. Esto debido, para ser francos, a que la fuerza policial no da abasto para atender sus reclamos.
Lo lógico es que Carabineros de Chile concentre todos sus esfuerzos en combatir los delitos que revisten mayor connotación pública, y que las tareas como el control de las normas de tránsito, la regulación del comercio ambulante, la protección del patrimonio público y las áreas verdes, (situaciones que influyen significativamente en la calidad de vida de las personas) queden en manos de una “policía municipal”. Soy un convencido que la lucha contra la delincuencia y el esfuerzo por rescatar los espacios públicos para los ciudadanos es una tarea de todos, por lo tanto, se debe permitir el involucramiento en estas tareas a los ciudadanos y a los gobiernos comunales, pues son ellos los que están más cerca de la gente y conocen mejor sus necesidades.
Hace rato que los municipios están preocupados por la seguridad de sus vecinos, algunos incluso, los más pudientes, ya tienen un sistema de vigilancia, es por tal razón que se hace muy necesario considerar seriamente la entrega de facultades y, por cierto, los recursos para que los gobiernos locales participen en la lucha contra la delincuencia.
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(*) Rodolfo Bickell Dumas es candidato a Doctor, postgraduado en Análisis Territorial, de la Universidad de Santiago de Compostela.