Entrevista a Raúl Iturrieta, Presidente Federación de Agricultura Familiar Valle del Aconcagua.-
Tras la reunión de este lunes con el Ministro (S) de Agricultura, Putaendo Uno quiso profundizar el análisis sobre la forma en que esta sequía está afectando a los pequeños productores agrícolas, especialmente en Putaendo, y cuáles serían las medidas razonables a implementar para paliar el grave daño que esto causa en el sector. Para ello, se conversó con Raúl Iturrieta, uno de los dirigentes representantes del mundo campesino en Aconcagua, quien además es miembro del Consejo Asesor Regional (CAR) de Indap.
¿Cuáles fueron hoy los principales acuerdos logrados en esta reunión con el Ministro de Agricultura y el Director Nacional de Indap?
Lo primero es que existe plena concordancia con las autoridades del Minagri en que estamos frente a una mega sequía y que la magnitud de esta irá creciendo en los próximos meses. Lo segundo, es que será necesario declarar “zona de catástrofe” a las comunas ya declaradas con emergencia agrícola, con lo cual se tendría mayor capacidad en recursos financieros y operativos para atender las demandas que están surgiendo todos los días de parte de los crianceros y de la agricultura familiar.
¿Qué otras medidas fueron planteadas al Ministro de Agricultura y que ustedes consideran que deben implementarse de inmediato?
Nuestras propuestas fueron diez y son de carácter inmediato, más aquellas que consideramos de soluciones permanentes.
En lo inmediato, declaración de zona de catástrofe; establecer una mesa de trabajo público – privada que ordene y priorice las distintas acciones colaborativas. En este contexto señalamos a la autoridad que para Putaendo es urgente que empiecen a funcionar los dos pozos de propiedad del MOP, y que estas aguas, por su alto costo de extracción, tengan un componente importante de subsidio para los pequeños propietarios de la Agricultura Familiar (AF). También es necesario que Indap y Sercotec dispongan de un programa de apoyo a la inversión para la readecuación productiva de los sectores más afectados, como son los crianceros y Agricultura Familiar.
¿Cuáles medidas consideran que deben ser permanentes?
Bueno, acá hemos sido enfáticos en señalar que la Agricultura Familiar no tiene destino económico productivo si no accede al riego por goteo. La tecnificación en Putaendo es prioridad UNO. Debemos continuar con el revestimiento de canales; y en la medida que no se afecten las napas subterráneas, explorar nuevos pozos profundos, sabiendo que la prioridad la tiene el agua para consumo humano.
Sobre los derechos de agua, lo que produce grandes inequidades en las posibilidades de acceso de las familias rurales al agua, ¿existe voluntad para abordar esta problemática?
Sabemos que existen grandes inequidades en la población rural respecto a la disponibilidad y su acceso al agua. Persiste la brecha debido al rezago con que la AF ha accedido a la titularidad de derechos de agua, hecho que está directamente asociado a la concentración de estos derechos. Acá debemos avanzar en regularizar los derechos de agua, que por distintas razones legales y administrativas, no se ha concretado. Debemos entender que la escasez de agua está asociada a la pobreza. Los problemas políticos, económicos y sociales serán incontenibles cuando haya que racionar el agua o cuando el despoblamiento rural esté provocado por ello. En este contexto, el bono legal de Indap, que permite contratar asesoría jurídica, será un instrumento clave para ese fin.
¿Cómo ve el rol del diálogo social para el desarrollo de Putaendo?
Sin duda que el cambio climático se nos vino de golpe y nos pilló muy desprovistos de tecnologías de riego. La falta de agua está limitando seriamente nuestras posibilidades de desarrollo. Hoy como nunca Putaendo necesita diálogo público-privado para mejorar o readecuar nuestra matriz productiva, pero acá el diálogo debe ser amplio e inclusivo y de donde venga. La magnitud de esta mega sequía también nos obliga a actuar con mayor solidaridad, especialmente desde aquellos que, teniendo un poder transitorio de administración de las aguas, no actúan con un sentido de bien común.
