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Director de Putaendo Informa emite carta pública ofreciendo disculpas por acción de locutor.-

El Director de Putaendo Informa, mediante una carta abierta a la comunidad, expresa su malestar, vergüenza e indignación por el agravio cometido por un locutor -familiar suyo- de una radio local.

La publicación provoca algún equilibrio en las acciones sucedidas este martes y separa claramente el espíritu que anima al medio digital respecto de la radio FM donde labora el locutor que cometió el agravio. Por esta sola razón, Putaendo Uno solicitó al emisor original su autorización para publicar la presente carta:

_______________________________________________________________________________________________CARTA ABIERTA

Estimadas amigas y estimados amigos. En raras ocasiones he utilizado el espacio que brinda este medio a la comunidad para referirme a situaciones de índole personal. Sin embargo, frente a los vergonzosos y lamentables hechos ocurridos el día de hoy, no puedo ser indiferente.

Siempre he creído en el sano debate democrático, donde cada persona pueda expresar su punto de vista con total libertad y responsabilidad, haciendo contrapunto con quienes expresan una visión opuesta a la nuestra, siempre validando su derecho y su dignidad como persona. Lamentablemente eso en nuestra comuna se ha ido perdiendo, y durante mucho tiempo he observado cómo el temperamento se apodera antes de dirigirse a un teclado o emitir una frase.

Con indignación y profunda vergüenza ajena me enteré del lamentable episodio protagonizado esta tarde por el director de Radio FM Vida, que es mi padre. El hecho de compartir la misma sangre no nos hace pensar y actuar de la misma manera, por lo que antes de emitir su válida opinión, le pido tener esto presente.

Al enterarme de lo ocurrido entre mi padre y el periodista de la Municipalidad de Putaendo, Luis Apablaza, esperaba que se tratara de un malentendido o un rumor. Sin embargo, con mucha decepción y enfado escuché el registro de audio que confirmaba la información.

Rechazo enérgicamente que las diferencias entre ambos hayan terminado con un grosero denuesto hacia el profesional de las comunicaciones y con amenazas explícitas del uso de la violencia física. Como ya señalé, siento una profunda vergüenza ajena. Primero, porque el apellido de mi familia se ve manchado por un detestable y retrógrado proceder, y segundo, porque esta vez debo salir a referirme a una situación ajena a mi persona.

Los trabajadores deben ser dignificados por la labor que realizan y cada persona debe ser sujeto de respeto. Nadie está por sobre o bajo los demás. Cada uno tiene en sí mismo su autenticidad, sus falencias y sus virtudes, y ninguna persona debe arrogarse el derecho de recurrir a la ofensa, y mucho menos a un recurso tan bajo como la violencia verbal y física.

Tuve la oportunidad de conversar con mi padre antes que este lamentable episodio ocurriera. En varias instancias advertí explícitamente que esa reacción no era el camino para solucionar una discrepancia o un conflicto con el periodista Apablaza. Siempre he creído que el arte de los buenos argumentos y la fuerza de las convicciones tiene mucha más trascendencia que las acciones viscerales. Lamentablemente mis advertencias no fueron escuchadas.

La situación ocurrida no tiene en absoluto relación conmigo o con este medio, que he dirigido durante casi siete años. Sin embargo, y por una razón obvia, al igual como mi familia, seguramente se nos relacionará con este hecho.

Quienes tenemos la enorme responsabilidad de ocupar un lugar en el ejercicio de lo público, no debemos olvidar jamás el motivo que nos convoca a elegir este camino, donde se deja mucho de lado y también mucho se sacrifica, donde se cosechan más penas que alegrías, y en el cual debemos actuar poniendo el ejemplo.

Lo ocurrido hoy apunta radicalmente hacia lo opuesto. Los medios de comunicación, y quienes estamos a cargo de ellos, tenemos el rol de informar, generar opinión, y sobre todo, educar, y educar con el ejemplo.

A nombre de mi madre y el mío, con la profunda indignación que ambos compartimos en este momento, ofrecemos nuestras más sinceras disculpas a Luis Apablaza por el injustificable, condenable e innecesario agravio del que hoy fue víctima. También soy funcionario público, y en un corto tiempo también, al igual que él, seré periodista, y lo que a él le tocó vivir hoy también a mí me ofende.

Espero honestamente que la razón triunfe sobre el temperamento, y quien cometió este grosero denuesto sepa utilizar una herramienta tan noble como las comunicaciones para rectificar su falta y acudir a la nobleza para enmendar el daño causado.

A ustedes, muchas gracias por darse el tiempo de leer estas líneas.

Un saludo afectuoso a cada uno de ustedes.

Joaquín Gallardo Astudillo
Estudiante de Periodismo
Director Putaendo Informa

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Putaendo Uno espera sinceramente que esta publicación sirva para morigerar las reacciones en la comunidad y sea la puerta a un mejor nivel de las relaciones entre los diversos actores sociales de Putaendo.

Categories: Cartas, General

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