Completa entrevista a Carolina Goic.-
No le ha sido fácil, tanto en lo profesional como en lo familiar, llegar desde el extremo sur a posicionarse como una de las políticas con más futuro de la Democracia Cristiana, partido que preside. Pero su liderazgo ha calado hondo, tanto que está decidida a llegar hasta el final con su candidatura presidencial y estar en la papeleta del 19 de noviembre.
El 9 julio del 2013 entrevistamos a la entonces diputada DC Carolina Goic por segunda vez, donde hablamos de su regreso al Parlamento tras una extensa licencia médica en la que se trató un linfoma de Hodgking, más conocido como cáncer linfático. Nos contó que la enfermedad le sirvió para tomar su intenso trabajo con más tranquilidad, y darle a su familia el tiempo necesario para disfrutarlos. Cuatro años después, la actual senadora por la circunscripción 19 de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, es la presidenta del partido Demócrata Cristiano y, si fuera poco, candidata a Presidenta de la República.
Llega puntualísima a las 8.30 de la mañana a la sesión de fotos, aún cuando el día anterior la sesión del Senado la tuvo trabajando hasta altas horas de la madrugada. Y entre las luces y el maquillaje jamás dejó de lado su rol; cualquier minuto libre lo utilizó para revisar documentación que más tarde se tradujo en la esperada aprobación por parte del Senado de la denominada “Ley Cholito”, sobre tenencia responsable de mascotas, tema que quedó “destrabado” en la comisión mixta que integró.
No puede evitar recordar la primera entrevista que le hice para nuestra revista, hace unos seis años, poco tiempo antes que se le detectara el cáncer. “Ha pasado el tiempo, y mira dónde estamos…”, dice. De acuerdo al escenario que se mantenía hasta el cierre de esta edición, el futuro político de Carolina Goic dependía de lo que decidiera la Junta Nacional de la Democracia Cristiana, en el cónclave realizado el sábado 29 de abril. La única certeza que tenía la candidata y su entorno al momento de esta entrevista, era su convicción absoluta de ir a la primera vuelta electoral en noviembre próximo, por lo que las primarias estaban fuera de cualquier opción.
Cuando partiste como candidata a diputada, ¿pensaste que tu nombre llegaría a estar entre los candidatos a La Moneda?
Antes de ser diputada tampoco estaba en mi planificación llegar al Parlamento, pero siempre me he imaginado trabajando por la gente, y en mi caso hay una ruta que he ido construyendo y se han sucedido pasos como consecuencia de lo que he hecho previamente. De alguna manera cuesta asumir riesgos y espacios de responsabilidad. Ser candidata es un riesgo también, y el haber tenido un buen desempeño me ha permitido construir una carrera que finalmente desemboca en un desafío que es enorme, en el sentido de motivar y entusiasmar.
Esta es una elección distinta, más compleja. ¿Sigue la motivación y el entusiasmo de un comienzo?
En mis primeras campañas llegué a gente y familias con las que había trabajado antes como asistente social, personas a las que hice el diagnóstico de sus casas y trabajamos ampliaciones de sus viviendas. Después, como Seremi de Planificación, las fui a visitar cuando se hizo el programa “Puente”, y me tocó hacerlo desde Magallanes. Con el tiempo me tocó golpear las puertas de esas mismas personas en la campaña para diputada, donde les expliqué que desde el Parlamento podríamos trabajar con otras herramientas que benefician a más. Y ahora pasa lo mismo, es subir una escala más en torno a lo que podemos hacer, es volver a golpear las puertas de los mismos con quienes ya hemos construido una relación; ya no es sólo de trabajo, sino de representación. Represento a personas por las que peleo por los temas que ellos también luchan, y ahora deseo hacerlo desde el espacio máximo que es la Presidencia de la República.
En definitiva es literalmente lo que se llama “una carrera”.
Es ir escalando espacios de representación, y también se trata de un vínculo de confianza con las personas… Desde esa trinchera uno se siente con más poder de cambiar concretamente la vida a las gente.
En un país bastante machista como Chile, ¿fue difícil posicionarte en la política, viniendo además del extremo sur del país?
El mundo es todavía muy machista, pero nunca me quejo, al contrario me desempeño en un mundo de hombres. He sido muchas veces la única mujer en la bancada y también en el gabinete, pero nunca ha sido obstáculo. Independiente de eso éste es sin duda un mundo machista, dificultad que enfrentamos todas las mujeres; permanentemente estamos rindiendo pruebas o estamos bajo la lupa por el sólo hecho de ser mujer. Tenemos una doble exigencia, y es distinto a lo que pasa con los hombres. Por ejemplo, si tomamos una decisión dura se nos dice frías, pero de un hombre se dice que ejerce su liderazgo. Pero eso es algo con lo que convivimos.
¿Estamos lejos de cambiar eso en nuestra sociedad?
Para mí es una oportunidad, y si accedí a estar en esto fue por dar esa pelea, no sólo por mí, sino por las mujeres que vienen en el futuro. Miro a mis hijas, y para ellas el mundo entrega muchas más oportunidades. Es, de alguna manera, ir abriendo camino, siento que he podido contribuir sin perder un estilo, que es lo más importante.
Lo más difícil de trabajar en la política es…
Lo mismo que todas las mujeres que trabajan, conciliar los distintos mundos. Me encanta estar en mi casa, con mi familia, me encanta cocinar cuando tengo el tiempo para hacerlo, pero también me gusta ser un aporte a la sociedad y desarrollarme profesional y políticamente. Cuando uno arma vida en una región lejana está además el tema de la distancia, pero como todas las mujeres de este país, somos capaces de hacer dos cosas a la vez sin problemas, y capaces de conciliar todo. Además tenemos la capacidad de aportar con esa conexión, ese cable a tierra con lo cotidiano a las decisiones que tomamos para la política pública.
¿Y cómo está la casa?
Súper bien… Después de 8 años de viajar todas las semanas, estamos viviendo todos acá en Santiago para facilitar las cosas. Para mí era muy importante ver a mis hijas y a mi marido todo el tiempo. Antes viajaba a trabajar y ellos se quedaban en Magallanes, ahora lo hago al revés, porque obviamente mantengo mi casa allá y voy durante la semana regional. La idea es facilitar las cosas y estar más cerca de mi familia.
¿Y da el tiempo para hacer vida de dueña de casa?
Cuando puedo voy a la feria y estoy descubriendo el barrio, pero para nosotros nuestro lugar es y será Magallanes, siempre. Voy al menos una vez al mes un par de días para seguir los temas regionales, y cargarme con la energía única del sur.
¿Qué dijo la familia ante la frase “seré candidata a la Presidencia de Chile”?
Esto no es un proyecto sólo mío, sino de toda mi familia; requiere de la complicidad y el cariño de ellos. Me encanta cuando mi hija me da ideas de lo que debo decir en los discursos, por ejemplo. Imagínate… Tiene 13 años, representa otra generación. Las veo involucradas en esto, y aportando. Incluso una vez una de ellas me propuso un proyecto de Ley para llevarlo al Congreso.
¿Cuál fue esa idea?
Íbamos pasando por un peaje y una ambulancia tuvo que hacer la fila para pagar. Ella se dio cuenta y me dijo “mamá, tú tienes que hacer una ley para que los vehículos de emergencia pasen inmediatamente”. Como vez son cosas de sentido común en una niña de 13 años; después ese tema lo discutimos en el Parlamento.
¿Orgullosa?
Sí, estoy muy orgullosa de cómo les he transmitido las cosas, así como yo lo aprendí de mi papá. La política es una actividad de servicio en la cual podemos trabajar por la gente, y me gusta que se entusiasmen con eso, que sean mi apoyo. Es importante que ellas, a través de su mamá, estén tratando de pensar en cómo ayudar a Chile. Están muy entusiasmadas… Aunque reclaman a veces que quieren estar más conmigo. En todo caso, si no fuera así, me daría pena… (ríe).
En julio del 2013 nos dijiste que una de las moralejas que te dejó el cáncer fue tomarse con más tranquilidad el trabajo y priorizar la familia. Hoy te vemos en la carrera por La Moneda… ¿Qué pasó?
(Ríe y luego de unos segundos contesta) Todo lo asumo justamente desde ese aprendizaje de vida. El cáncer me enseñó a vivir mucho más el momento, a ser capaz de establecer una mirada mucho más profunda de las cosas cotidianas que a veces dejamos pasar. Hoy ser candidata a la Presidencia de la República es una tremenda oportunidad, así lo veo, y de manera intensa. Estoy tratando de aprovechar todo lo que tengo, con la posibilidad de recorrer el país y darme cuenta de tantas cosas, conversar con la gente y conectarme con ellos. Esas cosas las vivo muy a flor de piel, y tiene que ver con esa experiencia de vida que tuve. Más que proyectar lo que haré en cuatro u ocho años más, el tema es cómo vivir hoy el momento que me toca y la oportunidad que tengo. Entonces doy todo desde mi historia y experiencia. Si algo nos falta a los políticos es humanizarnos.
¿Y cómo te humanizas tú, por ejemplo?
Hago el simple ejercicio de hacer como que no pertenezco a la política, me siento frente a la televisión y miro a los políticos en perspectiva, desde afuera. Así veo, analizo y entiendo que la gente pueda tener rabia, porque discutimos cosas que nada tienen que ver con lo cotidiano y sus preocupaciones. Trato de ponerme en el lugar de una familia de esfuerzo, de una mujer que madruga y saca adelante a sus hijos, que toman micro y se desplazan a sus trabajos gran parte del día. Y desde ahí pienso en cómo humanizar nuestras relaciones. Esa es una de mis preocupaciones para llevar a cabo como Presidenta. Es muy importante crecer y lograr buenas cifras como país, pero tan importante como eso es recuperar la humanidad en lo que hacemos, como que en la salud, aparte de entregar un buen servicio, los traten como corresponde. Debemos tratar de volver con la política a lo cotidiano, lo que a veces no implica tantos recursos, sino más bien reenfocarse.
¿Qué diría tu padre, Pedro Goic, sobre lo que le está pasando a su hija?
A mi papá lo siento súper presente, se sabe que falleció hace pocos años a raíz de un accidente. Siempre estaba conmigo en el partido, en las campañas. Soy muy creyente, lo siento muy cerca de mí cada vez que me despierto en las mañanas.
En la chochera de padre…, ¿habrá dicho alguna vez “mi hija será presidenta de Chile”?
(Piensa unos segundos) No sé… Pero siempre estuvo muy orgulloso, y estoy segura que me mira desde arriba y está igual de orgulloso. Siempre he pensado que estoy continuando el camino que él dejó trazado.
¿Cómo era tu relación con él?
Muy cercana, era muy regalona de mi papá. El era un hombre de terreno y de estar siempre cerca de la gente sencilla, con los campesinos. También muy alegre, amigo de sus amigos, y en eso me gustaba mucho acompañarlo. Sí, la verdad es que soy muy parecida a él. De los hermanos soy la que más siguió la veta política activa, y te aseguro que mi papá es hoy mi jefe de campaña.
MUJERES AL PODER
Beatriz Sánchez se sumó a la carrera por La Moneda. ¿La gente pedía una alternativa ajena a la política?
Sí, creo que efectivamente es así. Es alguien que viene de un mundo distinto de la política tradicional y que apunta a buscar renovación y conexión con las cosas comunes y corrientes. Es además una mujer joven y su nombre apunta a una lógica de renovación.
En lo personal, ¿cómo ves su llegada?
Siempre valoro que las mujeres nos atrevamos, y siento que es importante también pasar del discurso a la acción y estar disponible. Me parece bien que existan distintas opciones. Es parte de la democracia, y la aparición de distintos candidatos o candidatas favorece a la gente pues significan ideas, más debate, diversidad. En lo personal pienso distinto a ella en muchas cosas, como la mirada que se tiene de las políticas públicas, pero valoro mucho que se atreva a competir.
¿Qué opinas que ella no pertenezca a la política?
Una cosa es ser política, y otra es gobernar el país. Creo que ese es el punto, cómo pasamos de la empatía a asumir el desafío de gobernar una nación. Es algo que requiere hoy, más que nunca, ser capaces de convocar voluntades. Estamos en un momento en el que sobrereaccionamos y además nos polarizamos. Tendemos a extremar posturas y se habla de que tales son los buenos y los otros los malos, y el mundo no es eso, un país así no avanzará. En general a la política le hace falta mucho más diálogo.
En tu discurso en el funeral de Patricio Aylwin pediste perdón por las malas prácticas en la política. ¿Por qué se llegó a este punto en la relación clase política-ciudadanos?
Ha habido prácticas en la política que han sido inaceptables, y por eso entiendo que la gente tenga molestia y piense que somos un grupo privilegiado. Hemos conocido escándalos respecto del uso de recursos. Hay que transparentar los intereses… Es muy brutal para la ciudadanía saber que se discutieron proyectos de ley y se tomaron decisiones de acuerdo a intereses de ciertas empresas con las que algunos políticos tienen relación. Muchos de mis colegas trabajan muy bien y se sacan la mugre por la gente, pero claramente hay casos de malas prácticas que son muy fuertes. Y no es sólo en la política, también en el mundo empresarial y hoy hasta lo hemos visto en Carabineros. Cosas que parecen “normales”, ¡y están mal! Por eso ese día me hice cargo, a pesar que no tiene que ver con mi historia, pero sí del mundo político donde al que pertenezco.
¿Ese día se comenzó a ver a Carolina Goic con otros ojos y partió la carrera presidencial?
No fue esa la intención, pero sin duda el discurso marcó un hito en mi carrera política, pero son cosas que uno no planifica ni calcula. Primero fue enterarse de la muerte de don Patricio, un personaje de un inmenso peso histórico, y luego me señalan que tendría que hacerme cargo del discurso de su funeral, un funeral de Estado.
Hace unos días el Tribunal Supremo de la DC decidió no expulsar al diputado Ricardo Rincón, pese a las denuncias de violencia intrafamiliar, acusado de golpear a su ex pareja.
¿Qué le dice la presidenta de la DC a la gente?
Los partidos tienen mecanismos para resolver sus problemas, y en este caso el Tribunal Supremo decidió no sancionar a Ricardo Rincón. Pero yo dije con toda claridad que si de mí dependiera lo expulsaría del partido, pero no está dentro de mis facultades. Este no es un tema jurídico, es más bien ético, y en ese sentido no se deben tener dos discursos.
BACHELET Y GOIC
¿Cómo calificas el actual gobierno de Michelle Bachelet?
Se podrían desmenuzar muchas cosas de un gobierno que al comienzo tuvo un exceso de entusiasmo en hacer las cosas. Creo que hay un aprendizaje en ese sentido; debemos plantear reformas importantes porque la gente quiere cambios, pero los quiere con gobernabilidad, los quiere generando certeza, y nosotros muchas veces generamos incertidumbre. Para la Presidenta el tema Caval fue muy duro, le ha costado recuperarse. La lealtad en la política no abunda, y frente a las dificultades se tienden a dispersar.
En un eventual gobierno de Carolina Goic, ¿en qué se diferenciará respecto de otros candidatos?
Lo primero es hacer una reivindicación de la buena política. Para mí y mi equipo es una exigencia hacer siempre las cosas bien. Lo segundo es humanizar la política, poniendo siempre al frente como nuestro principal objetivo la gente, eso muchas veces cambia las decisiones. Poner la energía en ver cómo llegamos a la vida cotidiana de las personas y cómo hacer cambios que hagan que sus vidas mejoren de verdad. Esto requiere de mucho terreno, debemos volver a la calle, a golpear las puertas y escucharlos. Aspiro a que mi gobierno sea dialogante, de reencuentro entre nosotros y que tome las mejores cosas que tenemos como país. Tengo las experiencia de Magallanes, de cómo fuimos capaces de unirnos tras una causa, lo que ha permitido que cosas que antes eran un sueño hoy sean posibles, como tener un oncólogo, un horario diferenciado, y transformarse en una de las regiones más competitivas. En el fondo es reunirnos tras un objetivo común para todos, con mucha convicción y fuerza. Soy una mujer que no se inmoviliza ante desafíos difíciles, y esta campaña presidencial es un tremendo desafío.
Con tanto movimiento en el escenario político de tu sector, ¿tu candidatura es a todo evento y directo a la primera vuelta?
Por supuesto, a todo evento y convicción hasta el final. Nunca he sido de las que opera con el cálculo político ni las que negocian. Estoy acá desde la convicción de que puedo ser un aporte para el país, en un partido que ha recuperado la mística. Eso me entusiasma para seguir adelante con todo.
Así fue el backstage de Carolina Goic
(Entrev.: R. Chacón/ Fotos: G. Muñoz /Publicado por Nueva Mujer para Publimetro)