EDITORIAL: El mayor cabildo espontáneo en la historia de Chile.-
Si 1.200.000 personas reunidas en la mayor concentración de los últimos 40 años, sin oradores, sin escenario, sin un organizador, no son un rotundo deseo universal de refundar nuestro sistema democrático, entonces no entendemos nada.
Porque de eso se trató, sin discriminaciones, sin falsos líderes, sin colores, sin religiones, sin tus viejas consignas políticas, ni tus gastadas banderas de trinchera. Sin las frases grandilocuentes de tus líderes de antaño, sin tus piedras, sin tus barricadas, sin tus saqueos. Nada de eso nos empañó este histórico 25 de octubre.
Fue el deseo incontenible de todo un pueblo, de remecer las añosas estructuras de nuestra artrítica democracia, para que nunca más tengamos que soportar tanta injusticia e inequidad social. La lista de los “No más” es interminable.
Por fin junto a los clásicos tres poderes del Estado, nos dimos cuenta que somos un cuarto poder que debe ser agregado, con el que los otros tres tendrán que compartir la mesa desde hoy en adelante, para dar cumplimiento a nuestras legítimas demandas. Ya había pasado demasiado tiempo con el pueblo bajo la mesa.
Hoy Chile cambió para siempre. No quiere más explicaciones “políticamente correctas” de los corruptos de siempre. Hoy toca ponerse la servilleta al cuello, y decirles a los legisladores, ministros, presidente y demases “¡Ya, ahora conversemos de cómo será nuestro Chile!”.
Porque de eso se trata, de NUESTRO CHILE, del país que TODOS queremos, no del que nos han prestado mezquinamente hasta ahora, escondiéndonos la mejor parte.
¡ESTE ES NUESTRO PAIS!, nosotros lo financiamos; por tanto, nosotros decidimos como lo queremos. Todas las reformas que exigimos, a la salud, la educación, la previsión social, el sistema tributario, el parlamento, la administración territorial (regiones y municipios), las empresas del estado, la administración estatal, nos llevan sin lugar a dudas a una NUEVA CONSTITUCION.
¡No nos merecemos menos que eso!